La Etología Clínica es la ciencia que estudia los problemas de conducta de los animales, es decir, su diagnóstico y tratamiento. En el caso de los animales de compañía este estudio lo hará un veterinario especializado en esta disciplina.
Los motivos de consulta pueden ser muy diversos:
La aparición de agresividad, los destrozos, las eliminaciones de heces y orina inadecuadas o no deseables, la imposibilidad de pasear con nuestras mascotas, el exceso de actividad tanto en el juego como en la conducta de relación, comportamientos “sexuales” no deseados, la disminución de la actividad y de la interacción con la familia, la aparición de conductas “extrañas”, etc.
En unos casos los trastornos van ligados a un desarrollo incorrecto o deficitario en el periodo que llamamos sensible, es decir, cuando el animal está desarrollando su sistema neuronal con sus conexiones y establecimiento del nivel de neurotransmisión (maduración del sistema nervioso central). Esto ocurre en los primeros 3 a 4 meses de vida. Más tarde el animal evolucionará según su entorno, que comprenderá no sólo los lugares donde viva y desarrolle sus actividades, sino también los individuos que participen en ellas y la relación que se establezca entre ellos y nuestra mascota.
Cuando partimos de ciertos déficits del desarrollo, el comportamiento de nuestros animales de compañía puede sufrir una transformación que puede no ser la más adecuada para la convivencia en familia o para vivir en un entorno urbano. De ahí la importancia del asesoramiento en el tema de la cría y educación de nuestras mascotas.
En otros casos pueden surgir situaciones diferentes en la vida familiar como el nacimiento de un niño, la adquisición de otro animal de igual o diferente especie o la pérdida de un ser querido por nuestros animales.
En el caso de animales mayores, al igual que ocurre en las personas, pueden aparecer problemas de adaptación e incluso depresiones o trastornos cognitivos con pérdida de aprendizajes que estaban bien establecidos anteriormente.
Por otra parte también los animales pueden desarrollar enfermedades orgánicas en las que se asocian cambios de conducta y que en muchas ocasiones son el primer signo apreciable por sus propietarios.
En otras ocasiones la modificación de ciertas conductas formará parte del tratamiento necesario para resolver algunos problemas orgánicos, principalmente en el campo de la dermatología y de la patología urinaria y digestiva.
El tratamiento de estas alteraciones, dependiendo del caso concreto, puede consistir en la aplicación de pautas de conducta, realizar determinados cambios en el entorno, medicación o en una combinación de éstos.
Para poder realizar un diagnóstico correcto de estas patologías de la conducta es preciso un conocimiento de la psiquiatría animal y del funcionamiento orgánico, es decir, de la Medicina Veterinaria.
Todo esto explica el porqué de nuestra preocupación por conocer, comprender y, siempre que sea posible, resolver estos problemas que afectan a nuestros animales de compañía.